El 56% de los trabajadores argentinos afirma sentirse motivado y comprometido con su empleo. Solo el 20% admite no tener motivación ni compromiso. La cifra muestra una mejora respecto a 2024, reflejando un clima laboral más estable.
Según la consultora Randstad, un 42% de los empleados asegura sentirse más comprometido que el año pasado. Solo un 27% manifestó sentir una baja en su motivación. La tendencia se fortalece incluso en sectores históricamente críticos como los jóvenes.
Este cambio se enmarca en un contexto de mayor previsibilidad macroeconómica. La estabilidad fiscal y la baja de la inflación generan señales claras al mercado. La seguridad laboral emerge como el principal factor de compromiso para los argentinos.
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Reconocimiento, estabilidad y un nuevo contrato cultural
La seguridad y estabilidad laboral es clave para el 32% de los trabajadores comprometidos. Es la prioridad sobre otros factores como el salario. El reconocimiento laboral, con un 30%, se posiciona como otro pilar emocional clave en la motivación.
Otros elementos como el desarrollo profesional (29%) y la carga laboral razonable (28%) también impactan en la percepción positiva. La búsqueda de equilibrio entre vida personal y trabajo es un valor creciente y sostenido por esta nueva etapa.
Este fenómeno puede interpretarse como un cambio cultural profundo en la relación entre el ciudadano y el trabajo.La salida del populismo laboral da paso a un modelo de responsabilidad individual. Hoy se valora la previsibilidad por encima del asistencialismo.

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El compromiso crece incluso entre los más jóvenes
La generación Z es la menos comprometida, pero igual presenta mejoras significativas. La seguridad laboral representa el principal motor para ellos (33%). Le siguen el trabajo flexible y las oportunidades de crecimiento profesional.
En todas las generaciones, se destacan como factores negativos la falta de reconocimiento y la búsqueda de mejores salarios. Sin embargo, el peso de estos aspectos cae frente al avance de una cultura laboral más racional.
El informe confirma que el compromiso laboral no depende exclusivamente del sueldo. Un entorno estable, con reglas claras y orden macroeconómico, influye más.Es el efecto Milei en marcha: más mérito, menos relato.
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