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Luis Caputo consolida su poder en una cartera clave para Javier Milei


La diplomacia china volverá a tomar nota de las excentricidades de la administración de Javier Milei. Enviaron a un funcionario del área de la agricultura para negociar acuerdos y, a su regreso a Buenos Aires, lo despidieron.

Fernando Vilella, ex decano de la facultad de agronomía de la UBA, se enteró en París que su segundo, Sergio Iraeta, será el nuevo secretario del área. Un sector de la economía que, por los dólares que le genera a la Nación, debería tener rango ministerial, pero que continuará siendo una secretaría.

Habría que decir que será una poderosa secretaría que estará a cargo de Iraeta, que responde directamente al considerado «ministro de economía en las sombras», Juan Pazo, pero también de los directivos de la fundación Barbechando que vienen tejiendo lazos políticos en el Parlamento con legisladores para que impulsen una agenda del agro.

Su principal referente es Manuel Chiappe que tuvo una importante participación en los debates en comisiones, cuando dirigía la fundación, y cruzó al despedido Vilella por su tenue defensa de la política de retenciones agropecuarias que el gobierno de La Libertad Avanza no quitó.

Uno de esos puntos que esmerilaron de entrada la figura de Fernando Vilella y puso una distancia insalvable con muchos integrantes de las organizaciones rurales que continúan rumiando por lo bajo por la continuidad de las retenciones.

Retenciones y cepo cambiario, dos temas clave en la agenda de Luis Caputo

Para tener una cabal idea del impacto de las retenciones en la actividad, la fundación Agropecuaria para el desarrollo de Argentina elaboró un documento donde calcula que sin el cepo cambiario y sin las retenciones las exportaciones del motor de nuestro país podrían crecer en más de 30.000 millones de dólares.

La agricultura es un sector de la economía que, por los dólares que le genera a la Nación, debería tener rango ministerial

Manuel Chiappe, el exdirector ejecutivo de la Fundación Barbechando, ya venía trabajando con Iraeta y, a partir de ahora, ocupará formalmente el cargo que este deja vacante como subsecretario de Producción Agropecuaria y Forestal.

Se convertirá en el segundo funcionario en importancia de la secretaria de agricultura y es bueno recordar el diálogo que sostuvo con este periodista cuando dirigía la fundación y pedía por la reducción de los derechos de exportación, argumentando que son un mal impuesto.

«Las retenciones son un mal impuesto. Es un impuesto que impacta y empobrece a las provincias, que hace que lo que se recauda no vuelva de la misma forma a las escuelas, a las rutas, a la salud en las provincias», afirmó Chiappe. Y a continuación, advirtió que «esa plata que genera cada provincia no vuelve. Es un impuesto que no contribuye a bajar el precio de los alimentos, contrario a lo que se dice, por ejemplo, en el caso del pan inciden menos del 1% del precio que un consumidor paga en la panadería».

Asimismo, argumentó que «el derecho de exportación impacta en nuestra competitividad con el mundo. Nosotros exportamos a 155 países y el derecho de exportación es una barrera que nos quita competitividad como productores. Y después se aplica sobre el precio. En el caso de la soja, el trigo, el maíz y en la propuesta de Ley Ómnibus a muchas economías regionales, están buscando llevar del 0 al 15 por ciento ese derecho de exportación o en otros casos de 9 a 15 o de 7 a 15, con lo cual impacta en los procesos biológicos como son los procesos del campo».

En este contexto, aseguró que «seis meses en una cosecha, cinco o seis años para criar un novillo y que esté en la carnicería o 20 años para desarrollar una plantación forestal. Este cambio en las reglas del juego genera mucha incertidumbre, mucha falta de previsibilidad y obviamente, en vez de contribuir a aumentar la inversión, genera mucha más cautela en el productor que espera ver cómo se acomodan las variables«.

Para Chiappe, se trata de «uno de los temas principales que estamos discutiendo en el Congreso, tratando de buscar una salida que sea positiva para el país».

Sin el cepo cambiario y sin las retenciones, las exportaciones del motor de nuestro país podrían crecer en más de 30.000 millones de dólares

El posicionamiento de Argentina en la era de Javier Milei

Respecto al posicionamiento de Argentina en esta nueva etapa que arrancó con el presidente Javier Milei, Chiappe dejó en claro que «más que la Argentina, el mundo va hacia una apertura completa. Tal vez no en tratados internacionales, por bloques, sino en tratados individuales, unilaterales entre países y tenemos que abrirnos al mundo. El mundo necesita lo que Argentina produce, no solo alimentos sanos y trazables, sino también servicios ambientales, biocombustibles, bioplásticos, toda la variable ambiental que puede ofrecer el campo argentino y que lo hace hoy de una manera muy eficiente».

Y si bien cuando un productor argentino quiere ingresar con sus productos al mercado europeo surge alguna traba fitosanitaria, aseguró que «al mismo tiempo se abren oportunidades, porque muchas de esas trabas son ambientales, entonces la carne argentina, el maíz argentino, el trigo argentino tienen una de las huellas de carbono más bajas de todo el mundo. Entonces esas trabas que se ponen a veces en el camino pueden ser la oportunidad para que nuestros productos tengan un valor preferencial comparado con el mismo maíz, el mismo trigo, la misma carne que viene de Brasil o de Estados Unidos».

«La habilidad nuestra está en saber explotar eso en los mercados que correspondan. Obviamente, no es un trabajo fácil y por eso insistimos en la importancia de la estabilidad de las reglas de juego», afirmó.

«Se habla mucho de la firma del Tratado, Unión Europea-Mercosur, y también, de negociaciones unilaterales. Tenemos que ir hacia ese esquema y aprovechar las oportunidades que nos da el mundo. Hoy el mundo nos está buscando. Un ejemplo, productores de biocombustibles en Rosario, en la zona de Villa Constitución, exportan biodiesel a un pueblo en Suiza y uno se preguntaría ¿por qué nos compran el biodiesel producido de derivados de la soja en Rosario para un pueblo en Suiza? Porque al comprar ese biodiesel generan un 70% menos de huella de carbono que es lo que le exige el país a esa ciudad, que lo usan para las calderas y demás», concluyó.





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