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Qué factores anticipan un DÓLAR ULTRA BARATO en la Argentina


La ratificación del presidente de la Nación, Javier Milei, a través de un posteo en su cuenta oficial en la red social X, de que «no se va a intervenir en el mercado cambiario hasta que el dólar toque el piso de la banda, esto es, hasta $1.000 no se compra», dejó claro a los principales operadores del mercado local y de Wall Street cómo funcionará el mercado cambiario tras el levantamiento del cepo anunciado el viernes pasado.

Con este tuit, el propio Gobierno eliminó de un plumazo las especulaciones sobre posibles compras del BCRA mientras la cotización se ubique en el medio de la banda. Esta opción está contemplada en el acuerdo con el FMI, aunque solo se prevé para situaciones excepcionales.

Lo que confirmó Milei fue que el BCRA, tal como explicita el nuevo acuerdo firmado con el FMI, puede intervenir en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), comprando o vendiendo dólares dentro de una banda cambiaria con un piso de $1.000 y un techo de $1.400, pero solo lo hará cuando el valor del dólar se acerque a los $1.000.

Por ese motivo, las cotizaciones de los distintos tipos de cambio evidenciaron fuertes bajas del miércoles, como venían haciéndolo desde el lunes, cuando comenzó a funcionar el mercado cambiario sin cepo o sin control de capitales.

El BCRA informó que, en el promedio de bancos, el dólar quedó a $1.179 para la venta y $1.126 para la compra. Por otra parte, el dólar blue cerró en $1.255, frente a los $1.375 del viernes 11 de abril. Los financieros alternativos como el dólar MEP y el dólar CCL cerraron en promedio a $1.185, frente a los $1.355 en promedio previos al anuncio del levantamiento del cepo cambiario.

Por qué cayó el precio del dólar

Entre las causas de la caída del valor del dólar en todos sus segmentos, también se puede señalar el anuncio del BCRA sobre la emisión de un nuevo bono BOPREAL para pagar a importadores y a empresas que deben girar utilidades al exterior. El monto se calcula que no superará los 5.000 millones de dólares.

Otro factor que contribuye a una mayor estabilidad en el mercado cambiario es la autorización del BCRA para que ingresen fondos desde el exterior con la condición de que permanezcan al menos seis meses en el sistema financiero local. Esto favorece el llamado carry trade, que consiste en cambiar dólares por pesos y posicionarse en tasa de interés, siempre que no haya fuertes subas del dólar. Antes del fin del cepo, esos dólares podían ingresar, pero luego no podían salir, por lo que también podría producirse un ingreso importante de divisas por este motivo.

Tipo de cambio oficial

El impacto de todas estas medidas comenzó a reflejarse en el descenso del dólar oficial, junto con los precios de los dólares financieros y el dólar paralelo, que en promedio cayeron desde el viernes pasado hasta el miércoles pasado, reduciendo la brecha cambiaria del 25 % al 5 %.

Es difícil explicar los movimientos cambiarios tras el levantamiento del cepo, pero los tres primeros días sin cepo muestran que el dólar oficial subió un 10%, y el resto de las cotizaciones -excepto el dólar turista- bajó un 10 %.

A esto se suma la suba de la tasa de interés del Banco Nación Argentina (BNA) y del resto de los bancos privados para plazos fijos, que pasó del 32% al 38,5% anual, la entrada de unos 15.500 millones de dólares del FMI y del BID, y la decisión de Milei de aumentar el superávit fiscal del 1,3 % al 1,6 % del PBI en este año.

Qué sucederá con las retenciones al campo

El contexto actual deja en evidencia que, mediante una política cambiaria flexible, una política monetaria y fiscal contractiva, y un acuerdo con el FMI para aumentar las reservas del BCRA, el equipo económico redoblará esfuerzos para reducir la inflación al 1 % mensual hacia fin de año, ya que habrá una gran cantidad de dólares y pocos pesos en el mercado.

Cabe recordar que desde el 1 de septiembre de 2019 regía la prohibición para que empresas multinacionales y bancos realizaran giros de utilidades y remesas a sus casas matrices en el exterior, medida que fue eliminada con el levantamiento del cepo.

Los mensajes del Gobierno en las últimas horas implicaron una suerte de «cuádruple Nelson» que impactó fuertemente en el nuevo esquema cambiario.

Por un lado, fue el propio Milei quien aclaró que la baja de retenciones es temporal y vence en junio. «Yo le diría al campo que se apure a liquidar», comentó, ya que las retenciones volverán a su nivel original a partir de julio, luego de la baja anunciada el año pasado.

Por lo tanto, es muy probable que entre abril y junio -el período de mayor liquidación de divisas por parte del sector agroexportador industrial (cerealeras)- ingrese una gran cantidad de dólares, buscando aprovechar la menor carga impositiva de las retenciones, del 28 % actual frente al 33 % que regirá desde julio.

Por otro lado, la tendencia a la baja del dólar oficial impulsará la aceleración de la liquidación. Esto es lo opuesto a lo que ocurría en semanas anteriores, cuando los agroexportadores preferían no liquidar esperando un tipo de cambio más conveniente, mientras los importadores adelantaban operaciones ante una posible devaluación que finalmente no se concretó.

Sin intervención del BCRA y ante la elevada oferta de dólares que se espera, el mercado comenzó a vislumbrar la posibilidad de que el dólar efectivamente se desplome hasta los $1.000. En ese nivel, el BCRA sí intervendría comprando dólares para sostener el tipo de cambio y evitar que caiga por debajo del piso de la banda.

La nueva invitación al carry trade

La estrategia del equipo económico se complementa con la suba de tasas definida por los bancos, que ahora pagan un rendimiento del 38 % en pesos. Esta suba, junto con un tipo de cambio a la baja, constituye una nueva invitación al carry trade, es decir, apostar a fuertes ganancias realizando colocaciones en moneda local.

Según lo acordado con el FMI, el BCRA debería comprar cerca de 5.000 millones de dólares hasta junio, con el objetivo de recuperar reservas internacionales netas, que hoy son positivas en unos 6.000 millones de dólares, frente a los 6.000 millones negativos antes del levantamiento del cepo el lunes pasado.

Las reservas internacionales brutas del BCRA registraron esta semana un importante incremento de 14.300 millones de dólares y alcanzaron los 38.612 millones, el punto más alto desde el 4 de abril de 2023 y el más alto de la era Milei.

Esa variación se debe al primer desembolso del FMI, de 12.000 millones de dólares; otro desembolso del BIRF (Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento), por unos 1.500 millones de dólares; y una suba en la cotización de monedas, que aportaron aproximadamente 300 millones de dólares más.

En este sentido, los activos del BCRA mostraron esta semana un aumento de 13.800 millones de dólares, o un 56,2%, básicamente por los préstamos de organismos internacionales destrabados gracias al acuerdo con el FMI, el Banco Mundial y el BID, por un total de 23.100 millones de dólares.

La gran duda que subyace en el mercado financiero es cómo impactará en la economía este nuevo episodio de apreciación cambiaria. Un dato no menor es que las importaciones subieron un 38 % en marzo, mientras que las exportaciones cayeron un 2,5 %, lo cual evidencia un problema de competitividad que probablemente se solucione con la reducción de impuestos que viene impulsando el Gobierno, como la eliminación del Impuesto PAÍS.

El «régimen de bandas del dólar»

Hay que destacar que el nuevo esquema cambiario anunciado por el Gobierno el viernes 11 de abril -primero por el ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del BCRA, Santiago Bausili, y luego a través de la cadena nacional por el presidente Javier Milei- tiene características muy particulares.

Se trata de un esquema que en teoría económica se denomina «flotación flexible con bandas», diferente del esquema de flotación tradicional, que no establece límites para el valor de la moneda. En este nuevo esquema, el dólar debería fluctuar entre $1.000 y $1.400.

Este tipo de cambio flotante se basa en la libre oferta y demanda de dólares, aunque permite que el banco central intervenga para ajustar el precio. También se lo conoce como «flotación controlada».

En estos casos, el banco central puede intervenir para corregir el precio del dólar, amortiguar shocks externos o estabilizar la economía. Algunos países que utilizan sistemas de tipo de cambio administrado son China, Vietnam, Singapur e Israel.

El esquema anunciado es muy similar al aplicado en Israel. En este mecanismo, el dólar puede fluctuar dentro de una banda inferior de $1.000 y una banda superior de $1.400.

Dentro de esas bandas, el valor del dólar en el mercado fluctuará libremente en el MULC, donde podrán operar todos: exportadores, importadores, individuos, empresas y el Estado.

Esto implica que en el futuro desaparecerán las operaciones a través de los dólares financieros alternativos como el CCL y el MEP, que el viernes 11 de abril cerraron cerca de los $1.350, mientras que el dólar libre lo hizo en $1.355 frente a los $1.260 del miércoles.

No se puede descartar la existencia de un mercado paralelo, ya que siempre existió, aunque la brecha cambiaria solo fue del 2,5% al 5%.

Esto ocurrió, por ejemplo, durante el gobierno de Mauricio Macri entre enero de 2016 y septiembre de 2019, y también en los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y de Cristina Fernández de Kirchner hasta octubre de 2011, cuando se inició el cepo cambiario a través de controles de la AFIP.





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