Tras la fuerte baja de las tasas de interés, en los bancos advierten una fuerte demanda del sector privado por los créditos. Hay líneas destinadas a empresas y también para el consumo de las familias, que en las últimas semanas se expandieron a un ritmo récord.
Tanto es así, que en poco tiempo se está recuperando lo perdido en el último año, plagado de incertidumbres tanto económicas como políticas.
Lo que luce innegable es que tanto la baja en el costo del dinero como el incentivo de los bancos a prestar al sector privado -ahora que quedó clausurada buena parte de la asistencia al Estado- están funcionando de forma virtuosa.
El crédito que están dando los bancos a empresas es de corto plazo, pero en las entidades financieras confían que también están dispuestas a mejorar las líneas de largo alcance a medida que avancen los planes de inversión de las compañías. Algo que depende del contexto de la macroeconomía.
Créditos en alza: los números del boom
En concreto, hoy en día, los bancos tienen prestados $30 billones al sector privado. La mayor parte -un 51% del total- está volcado a las compañías.
Un 42% -$12 billones- está colocado entre familias, en su mayor parte en líneas para el consumo.
Los créditos vinculados al consumo crecieron con fuerza en lo que va del año
Y un 7% del global se encuentra en préstamos prendarios y en hipotecarios, que aún se mantienen en mínimos históricos.
La clave del boom está determinada por la velocidad de la mejora en el volumen crediticio.
Desde marzo último, el stock de créditos a empresas y familias creció un 29%. Nada menos.
Los que más se expandieron fueron las líneas a las compañías, que están creciendo a un ritmo mensual del 10%, en términos reales, desde marzo, según destaca un informe de la consultora Eco Go.
Las líneas a las compañías ya se encuentran apenas un 2,7% por debajo de los niveles de noviembre último, justo antes de la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada.
«Por ahora, capital de trabajo en general», dice Sebastián Menescaldi a iProfesional. «Si se mantiene la brecha cambiaria, las compañías van a tener incentivos para hacer stocks», completa el economista jefe de Eco Go, dando idea de la posible tendencia para los próximos meses.
En ese caso, si se amplía la diferencia entre el dólar comercial y el financiero, entonces a las empresas podría convenirles sacar un crédito barato para comprar mercadería.
El lado B de los préstamos a las familias
La baja de tasas de interés ayudó al crecimiento en oferta y la demanda de créditos a las familias
Los créditos para el consumo también se abarataron en los últimos meses. Esa es una de las razones que explican el salto de los préstamos -a un ritmo del 6,6% mensual (real)- desde mayo, de acuerdo a la data oficial del BCRA.
«Los bancos dieron dinero a una tasa de interés barata. La otra opción era dejarlos al 0% encajados en el Banco Central», analiza Menescaldi, en su diálogo con iProfesional.
En el caso de las familias también ocurrió otro fenómeno, que no está ligado a un costado virtuoso, como puede ser la adquisición de bienes o servicios.
Tiene que ver con el proceso anterior, que estuvo caracterizado por fuertes alzas en las tasas de interés. Hubo familias que se endeudaron a costos elevados. O no pudieron pagar los saldos de las tarjetas de crédito y ahora se les hace cada vez más pesado, en medio de la pérdida de poder adquisitivo de los ingresos.
Los bancos, en esos casos, se comunican con los jefes de hogar para ofrecerles una salida más económica: créditos personales a 12; 24 o 36 meses a costos más bajos que los que cobran las tarjetas de crédito.
Para esas familias, no deja de ser una solución, aprovechando la tendencia bajista de las tasas de interés.
Los bancos públicos ofrecen créditos personales con costo financiero total por debajo del 90% anual. En el caso de las entidades privadas, las líderes tienen líneas al 95% anual de costo financiero total.
Se trata de un costo que está por debajo de la mitad de lo que penalizan las tarjetas de crédito en los casos que se paga solamente el saldo mínimo.
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