Dos de los resortes clave de la actividad económica transitan un período de turbulencia y la perspectiva es de mayores complicaciones, según reconocen ambos ámbitos. La actividad de la construcción llega a esta instancia del año con números en rojo en lo que hace a la comercialización de materiales y cemento, con una baja superior al 30%, y también en lo concerniente al lanzamiento de nuevos proyectos, con una merma de al menos el 50 por ciento. Esta caída culminó por impactar en la labor de las metalúrgicas, que reconocen una reducción promedio de la actividad cercana al 20% respecto de abril del año pasado. Precisamente, los aportes de ese rubro a la construcción acumulan 10 meses consecutivos de crecimiento nulo y, lo que es más grave aún, 8 consecutivos de derrumbe. En ese nicho reconocen que los empleos también empezaron a contraerse, y que la perspectiva es aún más preocupante.
Según se indicó desde la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA), el sector evidenció una caída en el último mes del orden del 19,5% y acumula una merma cercana al 9% en lo que va de 2024.
«La caída interanual registrada durante el mes se trata de una de las cuatro contracciones más fuerte de los últimos 8 años, sólo superada por tres meses del 2020«, reconoció la entidad en su más reciente informe sectorial.
La organización señala que la caída actual es comparable con la primera parte de la pandemia de Covid-19 y la paralización absoluta que mostró la economía en ese momento.
«Los establecimientos vinculados a la cadena de valor de la construcción continúan registrando caídas mucho más fuertes que el promedio general producto de la disminución en la obra pública y la actividad de la construcción en general«, expuso ADIMRA.
Sucesión de números en rojo por la merma de la construcción
De acuerdo a datos de la asociación, junio de 2023 fue el último período en que los aportes de la metalurgia al sector de la construcción exhibieron algún tipo de crecimiento. Desde ahí sólo hubo un declive que se disparó en los primeros meses del corriente.
La metalurgia ligada a la construcción sufre una de las caídas más fuertes de este año.
En ese sentido, la demanda de productos metalúrgicos para la construcción cayó 20,4% en enero, 24,8% en febrero, 28,5% en marzo y 24,3% en abril. «La utilización de la capacidad instalada (UCI) también registró una fuerte contracción durante el mes de abril. Si lo comparamos contra el mismo mes del año previo, la UCI disminuyó -13,4 p.p. Por otro lado, el promedio del 2024 se encuentra -8,0 p.p. por debajo del promedio del 2023», afirmó ADIMRA en otro apartado de su monitoreo.
La perspectiva preocupa tanto como el mal momento que, por estos días, sufre el sector metalúrgico. «Las previsiones en cuanto a producción futura continúan siendo negativas y son más las empresas que creen que disminuirán su producción con respecto a las que creen que aumentará», reconoció la entidad. Este aspecto complica, también, el horizonte laboral del segmento, que viene con caídas mensuales que se acercan al 1 por ciento.
La baja de la demanda de insumos metalúrgicos se condice con el desplome que, por ejemplo, muestra la presentación de planos para emprendimientos a desarrollar. Ese aspecto expresó un derrumbe del 50% únicamente en los dos primeros meses del año.
Asimismo, y tal como expuso iProfesional a principios de abril, en lo que refiere a metros cuadrados a desarrollar, el número actual expresa una caída superior al 60% versus los dos últimos meses de 2023.
Ligado a esto, Darío López, vicepresidente de la Sociedad Central de Arquitectos (SCA), dijo a este medio que «sólo no paralizaron sus actividades aquellos constructores que están en mitad de obra porque, bueno, retomar luego se les haría más caro. Pero quienes están iniciando proyectos pusieron el pie en el freno«,
Las pyme y otro contexto de dificultades
Los números de ADIMRA prácticamente empatan con la caída que también muestra la actividad industrial de las pyme, que cerraron abril con un rojo del 18,3 por ciento.
La actividad de las pyme, también en descenso.
Respecto de esta baja, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) reconoció que se trata de la merma anual «más profunda de los últimos 3 meses».
«Con ese resultado, el primer cuatrimestre del año cierra con una merma de 19% en comparación con el mismo período de 2023. Sin embargo, en la comparación mensual, la producción repuntó 3,1% en la medición desestacionalizada», indicó en las últimas horas.
«Durante el mes de abril, la industria pyme se encontró con una situación marcada por la escasez de consultas y pedidos de producción«, añadió la organización.
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