El papa Francisco hizo en las últimas horas un cambio importante para América Latina en el Vaticano: nombró como nuevo cardenal a Raúl Biord Castillo, cercano al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en reemplazo de Baltazar Porras, un ferviente opositor al líder bolivariano.
Porras, de 79 años y que desempeñaba como cardenal desde noviembre de 2016, había presentado su renuncia y el pontífice se la aceptó para nombrar a Biord Castillo, un cura de buen vínculo con el presidente que se desempeñaba hasta hoy como obispo de La Guaira y, desde ahora, será el nuevo arzobispo de Caracas.
A principios de junio, el Papa se había reunido con obispos venezolanos en el Vaticano y “manifestó gran interés por todos los acontecimientos del país”, según informó la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) en un comunicado.
El cambio en la Iglesia tiene, además, un trasfondo político. Según la BBC de Reino Unido, el cardenal saliente tuvo un rol durante el golpe de Estado contra el expresidente Hugo Chávez en 2002, cuando estaba a cargo de la CEV. La agencia británica consigna que en la madrugada del 12 de abril monseñor Porras recibió a Chávez en el fuerte Tiuna, en compañía de varios militares que le pidieron firmar la renuncia, antes anunciada en televisión.
El cura afirma que el entonces presidente lo llamó como garante del respeto a su vida y que fue apenas un testigo. Después de ese hecho, el exmandatario lo tuvo como uno de sus enemigos y llegó a afirmar que cargaba “el diablo bajo la sotana”. El religioso lo acusó de “bravucón” y en 2004 apoyó públicamente la revocatoria de Chavéz en el referéndum de ese año.
Eso no es todo. Un cable de la embajada de Estados Unidos en Caracas con fecha de 2005, filtrado por WikiLeaks, revela una reunión en la que Porras sugirió al gobierno estadounidense hablar más claro en contra de Hugo Chávez, al que calificó como “un problema a largo plazo”.
Volviendo a la actualidad, justo antes de este cambio sustancial en la Iglesia Católica, Francisco había tenido un gesto llamativo hacia el mandatario venezolano. En un video que circuló en las redes sociales se ve cómo un hombre cercano a Porras lo aborda en la Plaza de San Pedro y le menciona que trabajaba para el entonces cardenal. “De Caracas, de Baltazar Porras, trabajo con él”, le dijo el hombre. La respuesta del papa lo sorprendió. “Los venezolanos son un pueblo muy maduro”, contestó el jefe de la Iglesia Católica entre risas.
Pero no fue el único gesto de Francisco hacia el líder bolivariano. Por esas horas, Maduro había denunciado que “algunas cúpulas” de la Iglesia venezolana conspiraban contra la canonización de José Gregorio Hernández, conocido en el país como ‘el médico de los pobres’ y al que se le atribuyen varios milagros en Sudamérica.
“Algunas cúpulas han conspirado para que no se le dé el título, todos sabemos qué cúpulas han conspirado para que José Gregorio no tenga su título de santo en el Vaticano hace mucho tiempo”, dijo el jefe de Estado en un acto en Caracas que fue transmitido por el canal estatal VTV. Se refería específicamente a Porras.
No obstante, aclaró que “afortunadamente” el papa “ama a José Gregorio y respalda al pueblo de Venezuela” en su intención de santificarlo. A principios de junio, el presidente había adelantado de manera “extraoficial” que Francisco finalmente cumpliría con ese pedido.
En el video con el hombre cercano a Porras, el pontífice tuvo un segundo guiño hacia Maduro: prometió “canonizar al médico”, en referencia a Hernández, que fue beatificado en 2021 y aguarda el proceso de ser convertido en santo. “No sé cuándo, pero ya firmé”, completó el papa para confirmar que accedió a la solicitud del presidente de Venezuela.
La beatificación de José Gregorio Hernández hace tres años fue la primera de un laico venezolano. Desde su muerte en 1919, Hernández se ha convertido en una figura icónica en Venezuela, que tiene una marcada presencia del culto católico. En algunas iglesias de pueblos se puede ver la figura del médico entre los santos católicos.
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