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El precio del ganado saltó 17% y anticipan subas de la carne de hasta el 40%



La sequía golpeó a la ganadería en 2022. Los criadores optaron por reducir la cantidad de cabezas a mantener por la falta de agua y el costo de alimentación. De esta manera, en los mercados de ganado la oferta superó a la demanda y eso mantuvo el precio a la baja. Hasta ahora. Las lluvias del fin de semana detuvieron las ventas a precios de remate.

Puntualmente, este miércoles las pizarras del mercado de Cañuelas (ex mercado de Liniers) marcaron un repunte del 2,11% en el Índice General que llegó a $327,064 por kilo y del 5,53% en el Índice Novillo que subió hasta los $392,620. Si se comparan con los precios de una semana atrás, las subas promediaron el 18% en el ganado para faena. Por ejemplo, para la vaca el aumento superó el 19%, mientra que en el caso de los novillos la variación rondó el 17%.

En el mostrador esto se traducirá en alzas del 5% por lo pronto, tal y como rigen desde hoy en la provincia de Córdoba, o del 15% como en Mendoza, pero en el sector comentan que las subas pueden acelerarse en las próximas semanas para empatar el rezago de los últimos meses.

La inflación en diciembre fue del 5,1% y cerró el año en 94,8%

El alza de las últimas jornadas da cuenta de un quiebre en la tendencia que hizo que, a lo largo de 2022, el precio de la carne se rezagara respecto de los demás precios. Si los alimentos subieron en su conjunto un 95% de acuerdo al Indec fue gracias a que la carne aumentó un 62% e hizo bajar el promedio del capítulo de Alimentos y bebidas no alcohólicas, frente a otros conceptos que lo hicieron por encima del promedio. Por ejemplo, los cereales y panificados subieron 108%.

En tanto, los precios del ganado se mantuvieron prácticamente estables desde abril hasta enero, de allí que el presidente de la Sociedad Rural, Nicolás Pino, estimase que la hacienda tenía que subir hasta un 45%. De esta forma, una vez que regresaran las lluvias y se normalizaran las pasturas, los ganaderos podrían recuperar los márgenes de ganancia necesarios para reinvertir y recuperar parte del stock ganadero perdido.

Hasta la primera semana de enero, antes de la suba, los fidloteros estaban perdiendo entre $5000 a $7000 por animal. Los productores chicos desaparecieron, no repusieron invernada porque no iban a tener maíz para alimentarla

«Esta suba momentánea de los precios es el último coletazo de la inflación porque la carne es el último bien que aumenta en el país: aumenta el maíz, aumento el ganado en pie y, por último, aumenta la carne. Lamentablemente se suma a la gran sequía que disparó el precio del maíz, la suba del precio de la invernada que cada vez tiene menor stock. Esto hace que el negocio del engordador fidlotero sea inviable, lo que reduce la oferta de ganado para faena», explicó a este medio un operador de la cadena cárnica del corazón de la provincia de Buenos Aires.

«Y a esto hay que sumarle la demanda de China, que paga las vacas en dólares, dólares que en este momento se hacen valer. Honrar esos contratos reduce la disponibilidad de vientres, es decir limita la cantidad de terneros que va haber para la carne que comemos acá. Al estar muy alto el precio de la vaca en dólares, los productores se desprenden de todas las vacas porque no hay pasto para darles de comer. Es un círculo vicioso que hace que la cantidad de crías sea cada vez más escasa, es decir que la carne sea cada vez más escasa y esto impacta en los precios».

Reponer el stock ganadero es un proceso que lleva años. Desde la cría de la vaca hasta que el ternero llega a faena se necesitan más de dos años, siempre y cuando las condiciones climáticas no reduzcan el celo y afecten la tasa de destete.

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«Hasta la primera semana de enero, antes de la suba, los fidloteros que salen a comprar todos sus insumos para hacer el engorde y vender la carne para faena estaban perdiendo entre $5000 a $7000 por animal. Los productores chicos desaparecieron, no repusieron invernada porque no iban a tener maíz para alimentarla. Así y todo, para los frigoríficos es peor tener las plantas paradas y por eso tienen ganado propio en hotelería en feedlots de terceros. Estos animales van a ser faenados a pérdida, que es lo que venía manteniendo los precios bajos. Pero el sector no puede sobrevivir a pérdida como viene hace seis meses», agregó.

«Para recomponer el stock, considero que van a ser necesarios créditos blandos para que sea viable el engorde. Si no, el bache en la cantidad de ganado va a ser largo y la carne va a estar carísima», concluyó. 





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