El rumbo del precio del dólar y del cepo cambiario que viene, según economista
El precio del dólar hoy se encuentra muy estable, de hecho, en todo el 2024 se ha ubicado en torno a los $1.000. El tema que se plantean varios economistas es que, luego que termine de liquidarse desde el campo la cosecha gruesa, alguna corrección deberá ocurrir para que el atraso cambiario no sea tan evidente.
Es que la devaluación oficial de tan solo 2% mensual es muy inferior al índice de inflación, que si bien desciende en el mes a mes, recién en mayo sería de alrededor del 7%.
En este escenario, iProfesional dialogó con Sebastián Menescaldi, economista y director asociado de la consultora Eco Go, consultora que conforma con Marina Dal Poggetto, que afirma que «se ha iniciado un proceso de corrección a un costo elevado», como consecuencia de una serie de grandes desequilibrios.
En el marco de un amplio cepo cambiario, este experto estima que el precio del dólar puede sufrir un cambio notorio en el segundo semestre, debido a que «el Gobierno debería remover el cupo del 20% que los exportadores pueden liquidar en el contado con liquidación, como fue acordado con el FMI».
También opina cómo se puede salir del cepo cambiario y qué pasará con la inflación.
-¿Qué balance realiza del desempeño del Gobierno en la economía?
-Tras una herencia desastrosa, el Gobierno ha encarado una serie de cambios que le van permitiendo ir recomponiendo los equilibrios fiscales y externos, para lentamente ir implementando la corrección de los precios relativos. Desde lo fiscal, se ha logrado obtener en el primer trimestre del año un superávit financiero de 0,2%.
Y desde lo externo, se ha podido recomponer las reservas internacionales netas que pasaron de ser u$s11.600 millones negativas a un nivel negativo de u$s3.000 millones en la actualidad, post pago al FMI.
Sebastián Menescaldi, director de la consultora Eco Go, considera que no será fácil salir del cepo cambiario.
Ambos logros se han dado mediante medidas de urgencia. Desde lo fiscal, la licuación del pago de pensionados y sueldos, el freno total de la obra pública y la transferencias a las provincias, el aporte del incremento de las alícuotas del impuesto PAIS y la posposición de pagos a energéticas.
En tanto, desde lo externo con la postergación de pagos de importadores y la liquidación del 20% de las exportaciones en un mercado financiero hiperregulado y con un crawl (devaluación) del 2% mensual que incentiva el carry trade, que es hacer tasa en pesos y pasarse luego a dólar.
-¿Y entre los puntos negativos?
-Estas medidas han tenido como contracara una importante caída del poder adquisitivo de las familias (cayó 17% interanual en el primer trimestre del año) y también hubo un fuerte retroceso del nivel de actividad, que estimamos de 7% interanual en el primer trimestre del año.
En definitiva, se ha iniciado un proceso de corrección a un costo elevado, que fue consecuencia de un desequilibrio también elevado, pero al cual todavía le falta un conjunto de medidas más que permitan sostener los ajustes en el tiempo. Sino, ni el ajuste fiscal ni la mejora del sector externo serán perdurables.
De esta manera, podrían volver los déficits de la mano del sostenimiento de los subsidios y de un tipo de cambio real que sólo está en equilibrio con un cepo cambiario que mata la productividad e inversiones. Por suerte, aún el Gobierno tiene apoyo de la sociedad para implementarlas.
-¿Cómo puede evolucionar el precio del dólar en las próximas semanas tras la liquidación de la cosecha gruesa?
-Hoy el mercado de los tipos de cambios financieros se encuentra muy regulado, de manera tal de que el mismo está sobreofertado y la demanda limitada para actuar y con falta de pesos por quebrantos. Dada la volatilidad del tipo de cambio apenas asumió, el Gobierno decidió de manera inicial gestar una importante oferta del 20% de las exportaciones de bienes y servicios para los dólares financieros, alcanzando hasta cerca de u$s1.700 millones mensuales, en un contexto donde el cepo impuesto por Massa no ha tenido cambios significativos. E, incluso, se ha visto ampliado por la decisión de pagar las importaciones en cuotas.
Ello genera que la brecha financiera se ubique en muy bajos niveles, hecho que persistirá en los próximos meses por la salida de la cosecha y la necesidad de pagar aguinaldos en junio próximo. Lo que suceda en adelante, será una incógnita, dado que el Gobierno debería remover el 20% que los exportadores pueden liquidar en el contado con liquidación, como fue acordado con el FMI.
Para Menescaldi, el Gobierno necesitará un año de credibilidad para poder sacar el cepo cambiario y que no perder de forma abrupta a las reservas.
-¿Se puede salir pronto del cepo cambiario?
-A pesar de la suma de reservas, el nivel todavía es negativo y la credibilidad del Gobierno limitada para poder salir del cepo. Creo que para poder salir y no tener que sufrir, tal como le sucedió a Macri, cuando el mercado le picó el boleto, será necesario tener una mayor capacidad de fuego en las reservas.
Y, además, consolidar la credibilidad del cambio de régimen de, al menos, un año de gestión. Es decir, que los que juegan con los flujos sepan que si apuestan en contra del peso, muy probablemente vayan a perder. Pero para ello es necesario recomponer las reservas con dólares que no impliquen un pasivo de corto plazo que pueda volar rápidamente, sino que vayan contra el crédito de la moneda nacional e inversiones de largo plazo.
-Mes a mes la inflación desciende, ¿puede seguir a la baja?
-En el corto plazo vemos que la inflación podría ubicarse algo por encima del 4% en mayo, tras la decisión del Gobierno de buscar minimizar la inflación. El tema es que la consolidación de la baja se está dando por la intervención de mercados y la posposición de ajustes relativos acordados, como son los casos de la electricidad, gas y transporte de pasajeros.
Ello lleva, por un lado, a la necesidad de mayores subsidios y a que la eventual corrección implique mayor inflación a futuro. Además, esto está mostrando que el Gobierno está girando y cambiando sus planes, sin indicar un horizonte claro. Y aquí el desafío es empezar a mutar desde un ancla cambiaria a un ancla financiera y monetaria, que permita otorgar mayor previsibilidad a la economía.
-¿Cuáles son sus proyecciones para los próximos meses en la economía?
-Creo que lo más importante es que las actuales medidas de urgencia que se han llevado a cabo para corregir los desbalances empiezan a perder tracción. Es por ello que será relevante empezar a ver qué nuevas medidas se crean, para ver la consistencia de las mismas con un plan que permita la estabilización de la economía y su posterior crecimiento.
Para ello, deben empezar a aparecer las reformas estructurales en lo tributario, lo previsional y lo laboral, entre otras cuestiones. Con el esfuerzo realizado, el riesgo es que nos quedemos en el medio del río y nos lleve la corriente.-
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