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las dos claves y los focos de tensión sobre su discurso



El presidente Javier Milei hablará este martes ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por primera vez con un discurso que se anticipa crítico de distintos aspectos del organismo multilateral y que genera tensión tanto hacia adentro del equipo diplomático argentino como hacia afuera, específicamente en la problemática relación con China.

Tras haber «tocado la campana» en Wall Street y haberse reunido por tercera vez con el multimillonario Elon Musk, el plato fuerte de la nueva gira exterior del Presidente será este martes a las 16:30 (hora argentina), cuando hable ante el plenario de la ONU con un tono similar al que tuvo durante su presentación en el Foro Económico Mundial de Davos.

Nuevamente, el discurso de Milei apuntaría contra el «socialismo» o el «marxismo cultural», según adelantaron a iProfesional fuentes de la Casa Rosada que indicaron que en ese concepto incluyen a la «Agenda 2030», el compendio de objetivos acordados por los países miembro de la ONU para promover políticas contra el cambio climático y de igualdad de género, entre otros temas. Estos dos son los que más critica el mandatario.

Milei también tiene previsto hacer referencia al «alineamiento de la ONU con China, que es muy evidente», comentaron en Balcarce 50. El Gobierno mantiene una relación ambivalente con el gigante asiático gobernado por el Partido Comunista, pese a las inversiones que sus empresas -todas con intervención estatal- tienen en la Argentina.

Ambos ejes de la presentación de Milei generan tensión alrededor de su discurso. Por un lado, la férrea oposición del Presidente a todo lo que parezca asociado a la Agenda 2030 llevó a que el Gobierno pusiera en duda la participación del embajador ante la ONU, Ricardo Lagorio. Por el otro, China empezó a presionar sobre las obras que tiene paralizadas en las represas de Santa Cruz y agita el fantasma de una salida de inversiones asiáticas del país.

Javier Milei ante la ONU: la «batalla cultural» y el ruido en el equipo diplomático  

Fuentes del oficialismo confirmaron a este medio que a Lagorio le llegó el pedido de que no asista al recinto de la Asamblea General de la ONU cuando hable el Presidente, algo que trascendió en las últimas horas en medio de la controversia por el rechazo del Gobierno al llamado Pacto del Futuro, un acuerdo que firmaron 193 países.

Ese pacto multilateral es una suerte de extensión y profundización de la Agenda 2030, con un agregado respecto de la necesidad de encontrar mecanismos para regular el desarrollo de la inteligencia artificial. En cualquier caso, Milei rechaza este tipo de iniciativas por una misma razón: no está de acuerdo con que un organismo internacional imponga a un país condiciones u hojas de ruta para el futuro.

Pero la mirada de Lagorio, un diplomático de carrera con más de 40 años de experiencia profesional, sería más flexible en cuanto a las votaciones en la ONU según trascendió desde el propio oficialismo. El embajador no buscaría contradecir la línea del Gobierno, sino evitar que la Argentina quede aislada o rompa puentes estratégicos con otros países, pero esa postura más intermedia habría molestado al círculo cercano al mandatario.

La señal de ese malestar se dio con los trascendidos desde la propia comitiva oficial sobre las dudas en torno a la presencia del embajador, pero también forman parte del ruido político general que hay alrededor de Diana Mondino y su gestión en la Cancillería, virtualmente intervenida por Karina Milei.

De todas formas, la canciller fue la encargada de presentar el último domingo la posición de Argentina sobre el «Pacto del Futuro». En su discurso señaló que «la Argentina quiere tener alas para su desarrollo, sin estar sujeto a un peso indebido de decisiones ajenas a nuestras metas».

La cuestión de fondo es que Milei rechaza que un órgano multilateral como la ONU condicione la agenda de un Gobierno que pretende librar una «batalla cultural» con las ideas «de izquierda» que, para el Presidente, anidan en acuerdos como la «Agenda 2030» o el «Pacto del Futuro». Se trata de una postura más intransigente y alejada del pragmatismo acostumbrado para diplomáticos de carrera como Lagorio.

¿Javier Milei criticará a China?: la expectativa por la relación con el gigante asiático

La cuestión de China es todavía más delicada por los intereses comerciales de largo plazo que están en juego y que se suelen cruzarse con la postura política de Milei, mucho más cercana a los «valores occidentales» según definió una fuente gubernamental consultada por iProfesional. En la campaña electoral, el Presidente había dicho que no tendría relaciones con ese país.

«Va a marcar el alineamiento de la ONU con China, que es muy evidente. Javier está más alineado con los valores occidentales y lo tiene que expresar», deslizaban en la Casa Rosada en las horas previas al viaje del mandatario. Sin embargo, en los últimos días la tensión que genera la postura de Milei frente al país asiático tuvo muestras concretas.

Las obras en las dos represas de Santa Cruz que tienen financiamiento de la empresa china Gezhouba están paralizadas desde diciembre pasado. La compañía envió días atrás una comitiva que recorrió el lugar y se reunió con representantes provinciales de la UOCRA. Tras ese encuentro, el gremio dejó trascender la posibilidad de que se abandone totalmente el mega proyecto.

China estaría a la espera de que en octubre a más tardar se firme la adenda al contrato bilateral para las obras, donde se corrigen términos y plazos y se activa el financiamiento. La UOCRA se declaró en estado de alerta -las represas son importantes para el empleo y la economía de la provincia- y dejó la advertencia de que los chinos podrían retirarse y dejar todo paralizado.

En el Gobierno le bajan el tono a esa advertencia, según supo iProfesional. No obstante, la situación en torno a las represas de Santa Cruz, así como el peso de las inversiones chinas en distintas obras de infraestructura, ponen un elemento más de tensión sobre el discurso que pronunciará Milei ante la Asamblea de la ONU y las posibles referencias al gigante asiático.

La expectativa en torno al primer discurso de Javier Milei en la ONU se da en torno a esos dos ejes centrales. Por un lado, el deseo del mandatario de librar una «batalla cultural» contra las ideas «de izquierda» que a su juicio predominan en los organismos multilaterales -con la Agenda 2030 como mayor ejemplo- y por el otro el manejo de las relaciones con socios comerciales estratéticos para Argentina como China, en un escenario clave de la política internacional.





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