El Gobierno mantiene a Fabricaciones Militares en el pelotón de las compañías que busca privatizar y se intensificó el diálogo con los socios ligados a la OTAN que ya han mostrado interés por los activos de la estatal. A la par, la estructura de la firma, basada en instalaciones distribuidas entre Villa María y Río Tercero (Córdoba), San Lorenzo (Santa Fe) y Azul (provincia de Buenos Aires), viene siendo sujeta a una reducción a partir de despidos que se aceleraron en la última semana y el parate de áreas productivas por efecto, también de la pérdida de clientes. Recientemente, la decisión de Petroquímica Río Tercero de dejar de comprar la producción de un insumo clave para la producción de espumas industriales implicó la pérdida del 70% de la facturación de Fabricaciones Militares.
La estatal en cuestión volvió a ser mencionada por el oficialismo como otra de las firmas que se buscará privatizar en menos de un año. Junto con Fabricaciones Militares, Aerolíneas Argentinas, Intercargo, ARSAT, AySA, ENARSA, Fabricaciones Militares, Banco Nación y Banco Hipotecario encabezan esa nómina.
Fabricaciones Militares: las empresas que buscan hacerse con su control
Fabricaciones Militares interesa a socios de la alianza OTAN por su capacidad para producir municiones y explosivos a gran escala. Dos compañías ya enviaron sendas delegaciones para averiguar condiciones por la estatal: CGS Defence, de República Checa aunque también participada por inversores estadounidenses, y la española Hispania Group.
En torno a la empresa nacional señalan que, de hacerse con el control de Fabricaciones Militares, tanto CGS Defence como Hispania Group podrían reorientar la producción a los fines de abastecer con material bélico a Ucrania y sus aliados contra Rusia.
El desembarco de ambas empresas ocurriría de la mano de la diplomacia estadounidense, de cercanía conocida con el presidente Javier Milei. Vale recordar que, en julio de este año, funcionarios del Departamento de Estado de la nación norteamericana recorrieron las instalaciones de la fábrica militar de Río Tercero, Córdoba.
La visita en cuestión ocurrió por fuera de los canales «tradicionales» y fue expuesta por los gremios que confluyen en esa planta. Esta denuncia redundó en un pedido de informes impulsado por representantes de Juntos por el Cambio y el Partido Justicialista en la Cámara de Diputados.
En concreto, el interés de los funcionarios del Departamento de Estado se concentró en la planta de metalmecánica instalada dentro de la fábrica.
Esa área, que en los últimos años fue redireccionada hacia la producción de trenes y vagones, tiene un pasado como fabricante de balas y municiones en general. La intención de los estadounidenses pasaría por volver a esa producción para, acto seguido, avanzar con un clúster de producción militar al que se integraría la fábrica de pólvora de Villa María, también en Córdoba.
Fabricaciones Militares pierde rentabilidad
En su unidad de San Juan, la empresa perdió peso comercial luego de que la mina de oro Gualcamayo, propiedad de la estadounidense Eris, dejara de demandar cargas explosivas en tanto migró de la modalidad de explotación a cielo abierto a la opción subterránea.
«Se esperaba que (Fabricaciones Militares) anunciara que iban a reconvertir su fábrica o ampliaría su planta para comenzar a fabricar emulsiones, que es otro tipo de explosivo que se utiliza en la minería subterránea, y que Gualcamayo iba a demandar hacia el futuro. Pero la verdad es que no lo hicieron», afirmaron portavoces de la minera.
Por su parte, la unidad de Fabricaciones Militares en Azul lleva el nombre de Fanazul, posee alrededor de 85 empleados, y se mantiene sin producir desde inicios del mes de mayo. Fanazul, justamente, es una de las instalaciones que, junto con Río Tercero y Villa María, es del interés de CGS Defence e Hispania Group.
Pero lo que aceleró aún más la intención oficial de privatizar la firma es la pérdida del principal cliente de la estatal: Petroquímica Río Tercero informó recientemente que dejará de producir TDI (diisocianato de tolueno) para la elaboración de espumas flexibles de poliuretano, un insumo muy utilizado en la elaboración de almohadas, colchones, asientos y butacas.
«Como consecuencia del proceso de transformación que desde hace unos años viene evidenciando a nivel regional y mundial el mercado de TDI (Diisocianato de tolueno) y ante la sostenida caída de sus ventas, PR3 dejará de producir TDI en su planta de Río Tercero a partir del próximo lunes 14 de octubre», indicó la petroquímica en un comunicado divulgado hace muy pocos días.
El TDI de la empresa se elaboraba a partir de ácido nítrico provisto por Fabricaciones Militares y la interrupción de esa venta implicará para la estatal la pérdida del 70% de su facturación. Precisamente ese aspecto aceleró los contactos del Gobierno con los potenciales inversores extranjeros, que esperan un avance en el esquema de privatización de la firma en un lapso no mayor a seis meses.
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