Si se piensa en franquicias, lo primero que llega a la mente suele ser hamburgueserías, pizzerías o cafeterías, pero Lidherma vino a romper el molde. En 2016, el laboratorio argentino de dermocosmética dio un paso llevando la ciencia del cuidado de la piel al modelo de franquicias, la primera red de su tipo en Argentina. Con una trayectoria de 35 años en investigación y desarrollo de productos respaldados científicamente, la empresa hoy cuenta con más de 80 franquicias en el país, los Lidherma Skin House, como denominan a sus puntos de venta, son una opción para quienes buscan emprender en un negocio en el que el cuidado de la piel es tendencia.
Lidherma, que significa Laboratorio de Investigaciones Dermatológicas, nació en 1989 por iniciativa de Patricia Dermer, una doctora en química y especialista en análisis biológicos. Durante sus años de investigación en el Hospital de Clínicas, Dermer colaboró con el dermatólogo Alberto Cordero en el estudio del ácido retinoico, explorando los efectos en el envejecimiento y en la prevención del cáncer de piel. Este interés inicial se convirtió en el desarrollo de cremas, lociones y cosméticos para dermatólogos y cosmetólogos como emprendimiento personal, al principio pequeño, pero con potencial y un rápido reconocimiento por sus fórmulas científicas y la eficacia de sus productos.
El crecimiento fue rápido: para los años 90, Lidherma ya distribuía a profesionales sus productos en diversas provincias a través de una red de distribuidores. Sin embargo, los clientes finales deseaban un acceso más directo a los productos de la marca. Así, en 2016, la empresa inauguró su primer Lidherma Skin House en San Fernando del Valle de Catamarca, bajo el modelo de franquicia. «Fue nuestra primera experiencia en venta directa al público y en el modelo de franquicia«, recuerda Claudia Randelli, Coordinadora de Skin House. «Catamarca, con una exposición más acotada, nos permitió experimentar, ajustar el modelo y aprender junto al franquiciado», comenta.
Hoy, el éxito de Lidherma se refleja en sus números. La marca exporta sus productos a siete países de América Latina —Ecuador, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Perú, Chile y Costa Rica— y en Argentina cuenta con franquicias en casi todas las provincias, de Buenos Aires a Tierra del Fuego. Estos locales no solo vender sus productos, sino que también ofrecen asesoramiento personalizado de profesionales capacitados para evaluar las necesidades de cada tipo de piel. Como comenta Claudio López, gerente Comercial de Lidherma, «Invertir en un Lidherma Skin House no solo ofrece una recuperación rápida de la inversión, sino también la posibilidad de gestionar un negocio con el respaldo de una marca consolidada en el mercado de la dermocosmética, donde el cuidado de la piel es una tendencia en auge».
Con más de 3.000.000 de productos vendidos al año y una red de franquicias en crecimiento, Lidherma Skin House se posiciona como una de las apuestas más originales en el sector de la dermocosmética y pionera en su rubro dentro del sector de las franquicias. El plan de expansión de Lidherma para 2025 está centrado en fortalecer su presencia en provincias como Neuquén y Río Negro y en zonas estratégicas de la Patagonia, buscando localidades con un mínimo de 70.000 habitantes, donde el flujo de clientes permita mantener un volumen estable de ventas.
Para obtener una franquicia Lidherman necesitas desde u$s25.000
Para quienes busquen formar parte de la red de Lidherma Skin House, la compañía ofrece dos formatos de franquicias: locales comerciales e islas en centros comerciales. Cada opción se adapta a diferentes tipos de emprendedores y niveles de inversión. La opción del local comercial, con un tamaño ideal de entre 40 y 50 metros cuadrados, requiere una inversión de aproximadamente u$s50.000, mientras que la isla comercial —un espacio compacto de 3×3 metros— necesita alrededor de u$s25.000. Ambos formatos son llave en mano, es decir, la empresa se encarga del acondicionamiento y stock inicial, asegurando que el franquiciado esté listo para operar desde el primer día.
El perfil del franquiciado es fundamental para la empresa. Randelli destaca que, aunque no se requiere experiencia previa en el sector, es importante que el franquiciado esté comprometido con el desarrollo de negocios y con la atención de calidad que distingue a Lidherma. «La clave está en que cuenten con un equipo profesional capacitado en áreas como cosmetología, cosmiatría o maquillaje, que asegure el nivel de asesoramiento experto que caracteriza a Lidherma». En promedio, un Skin House necesita entre 1 y 3 empleados, según la ubicación y la demanda del lugar, aunque cada local cuenta con el respaldo y la capacitación que ofrece la empresa para asegurar que el equipo de trabajo sea eficiente y esté en sintonía con el estilo de atención de la marca.
El compromiso de Lidherma con sus franquiciados no termina con la inauguración del local. Desde el primer día, la empresa ofrece una formación integral que cubre desde técnicas de tratamiento hasta la gestión del negocio y la atención al cliente. Además, el equipo de marketing realiza acciones promocionales en redes sociales y organiza eventos y campañas especiales que permiten a cada Skin House mantener una presencia activa en su comunidad. «Nuestro acompañamiento es clave para que cada Skin House crezca y se mantenga competitiva», afirma Randelli. «Trabajamos juntos para que cada franquicia cuente con las herramientas necesarias para alcanzar el éxito«.
Según López, el éxito de una franquicia Lidherma Skin House radica en un conjunto de factores que van desde la elección de la zona hasta el compromiso del franquiciado. «Elegir bien la ubicación, formar un equipo profesional y fomentar la fidelidad de los clientes son claves para que el negocio funcione», comenta.
Con una facturación anual promedio que puede alcanzar los $40 millones y un tiempo de recupero de la inversión en alrededor de los 18 meses, los Skin House se presentan como una inversión atractiva en un mercado que crece. La expansión de la marca en un contexto donde el cuidado de la piel es cada vez más valorado, viene permitiendo a Lidherma construir una red sólida que no solo vende productos, sino que asesora y educa a los clientes en cómo cuidar su piel.
Quizás el mayor logro del laboratorio sea haber convertido a cada Lidherman Skin House en un espacio donde ciencia y estética se unen para el consumidor final. Con el modelo de franquicias y más de 80 puntos en el país, la marca sigue expandiéndose y consolidándose como referente en dermocosmética en Argentina.
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