El momento crítico que atraviesa la economía no da respiro a varios de los principales resortes productivos y generadores de empleo del país, y la construcción aparece en el pelotón de punta de los nichos más afectados por la recesión. El rubro acumula una merma dramática en términos de comercialización de insumos y el lanzamiento de nuevos proyectos presenta un derrumbe del 50% versus la primera parte del año pasado. Los alcances del escenario negativo no se agotan ahí: actores del sector reconocen una caída de hasta el 90% en sus niveles de actividad por efecto de variables como el aumento del costo de construcción, la incertidumbre cambiaria y la menor inversión privada. Casi el 70% de los protagonistas de la escena del ladrillo considera que el contexto será igual o peor en el segundo semestre. Cerca del 40% adhiere mayormente a lo segundo.
La instancia de derrumbe que atraviesa la construcción quedó aún más de manifiesto a partir de los resultados de un monitoreo llevado a cabo por Grupo Construya, la entidad que integra a los proveedores de insumos de todo el país, entre casi 720 empresas y profesionales de la cadena de valor del rubro a nivel nacional.
Según la medición, la distribución de materiales sufrió una caída del orden del 90% en los últimos meses. En el rango de afectación le siguieron los ingenieros, con una baja de la actividad del 78%, los desarrolladores (76%), los maestros mayores de obras (75%) y las constructoras (70%).
«En tanto, 80% de los arquitectos e inmobiliarias consideraron que su actividad disminuyó en relación a abril de 2023. Entre los primeros, otro 18% la sostuvo y ningún arquitecto indicó una mejora. Entre las segundas, otro 12% mantuvo el nivel de operatoria y otro 4% logró ampliarlo», afirmó Grupo Construya en el relevamiento al que accedió iProfesional.
Caída de la construcción: la cadena expone estos factores
En cuanto a los factores que complican la recuperación del segmento, los actores de esa actividad mencionaron al mayor costo de construcción (30%), la incertidumbre cambiaria (21%), la menor inversión privada (18%) y la menor disponibilidad de financiamiento (11%).
Respecto de la perspectiva para los próximos meses, el 38% de los consultados en Capital Federal prevé una caída aún mayor de la actividad. El 29%, en tanto, considera que el funcionamiento de la construcción funcionará con los magros niveles actuales.
La suba del costo de construcción, la variable que más afecta la actividad del sector.
A nivel nacional el horizonte de derrumbe para los meses que vienen se reduce un poco: los encuestados anticipan una baja del 35 por ciento. En cambio, el 28% da por descontado que todo seguirá como hasta ahora.
El declive que reconocen las empresas y los profesionales del ladrillo se condice con otros reportes de Grupo Construya que dan cuenta de una caída del 30% en la venta de materiales concretada durante el último mes. Porcentaje que prácticamente empata con los números en rojo que exhiben, por ejemplo, los despachos y el consumo de cemento.
En ese sentido, la Asociación de Fabricantes de Cemento Portland señala en sus estadísticas que los despachos y el consumo interno cayó 29,8% en el primer trimestre del año. Sólo entre marzo y febrero, puntualiza la organización, la demanda mostró una caída del 43,1 por ciento.
Con la obra pública parada, el sector del «real estate» sufre la caída de la actividad y la pérdida de puestos de trabajo. El acumulado del primer trimestre de 2024 del Indicador sintético de la actividad de la construcción (ISAC) que emite el INDEC mostró una baja de 30,3% respecto de igual período pero del año pasado.
Las metalúrgicas, impactadas por la baja en la construcción
La menor actividad en el ladrillo culminó por impactar en la labor de las metalúrgicas, que reconocen una reducción promedio de la actividad cercana al 20% respecto de abril del año pasado.
Precisamente, los aportes de ese rubro a la construcción acumulan 10 meses consecutivos de crecimiento nulo y, lo que es más grave aún, 8 consecutivos de derrumbe. En ese nicho reconocen que los empleos también empezaron a contraerse, y que la perspectiva es aún más preocupante.
La perspectiva en la construcción es de un horizonte sin mejorías.
«La caída interanual registrada durante el mes se trata de una de las cuatro contracciones más fuerte de los últimos 8 años, sólo superada por tres meses del 2020», reconoció la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA) en su informe sectorial más reciente.
«Los establecimientos vinculados a la cadena de valor de la construcción continúan registrando caídas mucho más fuertes que el promedio general producto de la disminución en la obra pública y la actividad de la construcción en general», destacó la entidad.
La baja de la demanda de insumos metalúrgicos se condice con el desplome que, por ejemplo, muestra la presentación de planos para emprendimientos a desarrollar. Ese aspecto expresó un derrumbe del 50% únicamente en los dos primeros meses del año.
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