En plena época de liquidación de la cosecha gruesa del campo, el Banco Central está sumando a diario a sus reservas un promedio menor a los u$s60 millones, un nivel considerado bajo para los economistas, sobre todo por el objetivo que tiene el Gobierno de unificar el tipo de cambio.
Por eso, desde la Consultora LCG, afirman que la «gran batalla» de la consistencia del encuadre macroeconómico «se juega en la balanza de pagos, o sea, en el flujo de dólares que entran y salen», debido a que el sector externo siempre fue la prioridad para la sostenibilidad de las cuentas fiscales del país.
«Resaltamos insistentemente que el problema de que la inflación baje de a poco es que tarde o temprano el dólar se atrasará», advierten estos analistas.
En resumen, la cantidad neta de dólares que entra al BCRA se encuentra condicionada por el arrastre de las deudas comerciales que se generaron por la represión del flujo de pagos de dólares de las importaciones, dividendos y cancelaciones de otras deudas.
«El saldo comercial volvió a ser positivo, algo que en parte también fue empujado por no haber sido regularizados los flujos de pagos (4 cuotas) y por la recesión misma», advierten desde LCG.
Pocos dólares nuevos para las reservas
El tema que empiezan a mirar con recelo los economistas es que el Banco Central está sumando «apenas» menos de u$s60 millones diarios a las reservas en plena época alta del año de liquidación de divisas que provienen de las exportaciones de la cosecha gruesa.
«Se trata de una dinámica que contrasta con lo esperado para esta época del año, cuando la estacionalidad de la cosecha debería estar permitiendo una acumulación más abultada de divisas, que luego de pie la prometida unificación cambiaria», resumen desde LCG.
El Banco Central está sumando menos reservas de las previstas en plena época alta de liquidación de la cosecha del campo.
Para estos expertos, existen dos cuestiones básicas que inciden sobre esta dinámica de acumulación de menos dólares. Por un lado, un escenario de mayor demanda de billetes estadounidenses por importaciones ante la «estabilización» del flujo de pagos, «dado que el cronograma de acceso a los dólares, implementado en diciembre, era en 4 cuotas».
Y el segundo motivo es una «eventual menor oferta ante el incentivo marginal a retener la cosecha, a la espera de un mejor tipo de cambio y mejores precios internacionales, aprovechando la reducción del costo de apalancamiento en pesos que motivaron las últimas bajas de tasas», resumen desde LCG.
Como dato clave, se cita que la liquidación de la cosecha gruesa de soja «vino con retrasos» por cuestiones climáticas, entre otros motivos.
En los últimos días se había recolectado sólo el 77% del área sembrada, un porcentaje inferior respecto al 81% del año pasado y al 85% de los últimos 5 años para esta época, aunque los analistas prevés que se irá regularizando.
«Lo que está faltando es que esa cosecha se venda. En líneas generales, se hicieron pocas operaciones a ´precio hecho´ y muchas con ´contratos a fijar´, lo que indica que los valores actuales, que involucran precios internacionales junto con tipo de cambio, no convencen a muchos productores», mencionan desde LCG.
Y agregan: «Veremos en las próximas semanas si las condiciones financieras son suficientes como para que avancen las ventas y las exportaciones».
Desde el campo están esperando a liquidar la cosecha a mejores precios de tipo de cambio y de los precios de la soja.
Dólares, Banco Central y Tesoro
Mientras tanto, el Gobierno se encuentra en pleno saneamiento de balance del BCRA mediante el traspaso de pasivos remunerados a nueva deuda del Tesoro nacional.
«Este cambio de titularidad de la deuda supone un nuevo mapa de beneficios y vulnerabilidades para las principales variables macro financieras: inflación, tasas de interés y el tipo de cambio», afirman desde la Consultora Consultatio.
Al respecto, desde LCG alertan: «Más que mirar los pasivos del BCRA, lo importante será ver las magnitudes de todos los activos financieros que los ahorristas (familias y empresas) puedan querer vender para comprar dólares, y eso incluye los depósitos y las tenencias de títulos públicos. Este reemplazo de pases pasivos por títulos o letras no incide en absoluto en esa ecuación».
Para completar que, además, «el costo financiero de esta estrategia no resulta clara. El Gobierno vuelca en cuentas del BCRA a tasa 0% el excedente en pesos generado por la colocación de deuda al 4%. Vale decir que también decidió la migración de depósitos en el BNA a las mismas cuentas en el BCRA con nulo rendimiento, habilitando un proceso de licuación todavía más acentuado para sus tenencias en pesos».
En este sentido, Joaquín Marque, economista y director de UG Valores, considera que las anclas del modelo económico siguen siendo el superavit fiscal, acumulación de reservas y una continua baja de la inflación.
«Todo retroceso en las mismas, tendrá un efecto político inmediato y la sociedad y los agentes económicos empezaran a dudar de la viabilidad del rumbo elegido», concluye.-
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