El Presidente de Estados Unidos se expresó a través de las redes sociales asegurando que la compañía cambiará uno de los ingredientes de la gaseosa
18/07/2025 – 16:40hs
En una sorprendente declaración que sacudió el mundo de las bebidas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó haber convencido a los directivos de Coca-Cola para que modifiquen la icónica fórmula de su bebida insignia en el país. A través de su red social Truth Social, Trump anunció que la compañía habría aceptado reemplazar el jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF) por azúcar de caña real en la Coca-Cola vendida en Estados Unidos. «He estado hablando con @CocaCola sobre usar AZÚCAR DE CAÑA REAL en Coke en los Estados Unidos, y ellos han accedido a hacerlo», escribió Trump. «Me gustaría dar las gracias a todas las autoridades de Coca-Cola. Esta será una muy buena decisión por su parte — Ya verán. ¡Es simplemente mejor!», posteó el presidente estadounidense.
Esta afirmación, de confirmarse, marcaría un hito significativo para la gigante de Atlanta, cuya receta para el mercado estadounidense se ha endulzado con JMAF desde la década de 1980. La noticia no solo generó revuelo en el ámbito empresarial, sino que también reavivó un antiguo debate sobre los ingredientes de la famosa gaseosa y sus implicaciones para la salud pública y la economía agrícola.

El posteo de Trump asegurando que Coca-Cola cambiará su fórmula en Estados Unidos
¿Trump cambia la fórmula de la Coca-Cola? Un ingrediente en el centro del debate
La elección del jarabe de maíz de alta fructosa como edulcorante en Estados Unidos ha sido un tema recurrente de discusión. A diferencia de otros países donde la Coca-Cola se elabora con azúcar de caña, en el mercado estadounidense el JMAF ha sido el protagonista. Este ingrediente, derivado del almidón de maíz, ha sido cuestionado por críticos que lo asocian con problemas de salud como la obesidad y la diabetes cuando se consume en grandes cantidades.
La iniciativa de Trump se alinea con la agenda de su administración, particularmente con la campaña «Make America Healthy Again» (MAHA), liderada por el Secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., que ha sido un crítico vocal del alto consumo de azúcar en la dieta estadounidense y ha impulsado que las empresas alimentarias modifiquen sus formulaciones. Un informe de la Comisión MAHA, un panel convocado por Trump para identificar las causas de enfermedades crónicas, sugirió en mayo que el consumo sustancial de JMAF podría contribuir a la obesidad infantil.
Sin embargo, la industria del maíz ha expresado su preocupación. John Bode, presidente y director ejecutivo de la Asociación de Refinadores de Maíz, afirmó que «reemplazar el jarabe de maíz de alta fructosa por azúcar de caña no tiene sentido» y advirtió que «costaría miles de empleos en la fabricación de alimentos en Estados Unidos, deprimiría los ingresos agrícolas e impulsaría las importaciones de azúcar extranjero, todo ello sin ningún beneficio nutricional».
Trump y la fórmula de la Coca-Cola: la respuesta ambigua de la empresa
Inicialmente, Coca-Cola respondió al anuncio de Trump con un comunicado ambiguo, agradeciendo el «entusiasmo del presidente Trump» y aludiendo a futuras «ofertas innovadoras». Sin embargo, un día después, la compañía emitió una declaración más contundente, defendiendo el JMAF y asegurando que es un edulcorante seguro, con calorías similares al azúcar de mesa y que el cuerpo lo metaboliza de forma parecida. También citaron a la Asociación Médica Estadounidense (AMA), que habría confirmado que el JMAF «no tiene más probabilidades de contribuir a la obesidad que el azúcar de mesa».
A pesar de la declaración de Trump, la confirmación oficial por parte de Coca-Cola aún está pendiente. El escenario actual refleja una compleja interacción entre la política, la salud pública y los intereses corporativos. Si bien Trump es un conocido consumidor de Coca-Cola Light (que utiliza aspartamo y no se vería afectada por este cambio), su influencia en esta potencial decisión subraya el poder de las figuras públicas en el ámbito empresarial.
El mercado espera con atención los próximos movimientos de la icónica marca en este «azucarado» y complejo ajedrez. La posibilidad de un cambio en la fórmula de la Coca-Cola en Estados Unidos podría tener implicaciones económicas relevantes en el mercado de bebidas, estimado en 285.000 millones de dólares en ese país.
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