El ahorrista afronta un dilema para proteger sus ingresos, debido a que la baja constante de la tasa de interés afecta el rendimiento del plazo fijo tradicional, mientras el descenso mensual de la inflación también genera una menor rentabilidad en el plazo fijo UVA. Por lo tanto, la comparación que realiza el inversor es en cuáles de los dos instrumentos resultará ganador en los próximos meses.
Cabe recordar que en el último tiempo la tendencia descendente del índice de los precios al consumidor (IPC) fue muy abrupta, al igual que el retroceso en la tasa de interés de referencia, que fue modificada por el Banco Central unas cuatro veces desde inicios de marzo hasta ahora.
Por lo tanto, las estimaciones efectuadas sobre cuánto puede rendir un plazo fijo UVA versus un plazo fijo tradicional en los próximos meses, se ajusta a la coyuntura actual. Aunque, claro está, con las variaciones aceleradas de las distintas variables, en las próximas semanas es probable que se modifique.
Cabe recordar que el primer jueves de mayo, el BCRA volvió a bajar la tasa de referencia unos 10 puntos porcentuales. Por lo tanto, hoy un plazo fijo tradicional está pagando una tasa nominal anual (TNA) promedio de 40% para constituciones minoristas de personas físicas por montos colocados inferiores a los $10 millones.
De esta manera, la renta que ofrece una colocación es de 3,29% a 30 días, que es el período mínimo de encaje requerido por el sistema financiero para este tipo de colocaciones.
En cambio, un plazo fijo UVA ajusta su rentabilidad en base a los registros de inflación, pero el gran inconveniente es que solicita inmovilizar al depósito realizado por un lapso de 180 días. Un tiempo enorme en esta Argentina tan cambiante.
El punto a favor es que es la inversión que más rinde en todo el 2024, debido a que en menos de 5 meses acumula un incremento de casi el 100% en dicho período.
La comparación del plazo fijo UVA versus el plazo fijo tradicional indica que la opción que ajusta por inflación sigue ganando de forma amplia.
Plazo fijo UVA versus plazo fijo tradicional
A la hora de comparar qué ocurrirá con el plazo fijo tradicional y con el plazo fijo UVA en los próximos seis meses, en base a la radiografía con las variables actuales arriba de la mesa, las proyecciones indican que la opción de inversión que ajusta por inflación más que duplica a la tasa preestablecida.
Es que un plazo fijo tradicional brinda en los 31 días de mayo alrededor de 3,40% de interés, mientras que una colocación UVA otorgará una renta estimada del 10% en el mes.
En tanto, para junio, con la versión de una colocación a 30 días se obtendrá 3,29%, mientras se proyecta que la UVA otorgará en ese lapso 8,29%.
Y con la tendencia de descenso de inflación para los próximos meses, se estima que el plazo fijo UVA comenzará a disminuir su rendimiento de forma progresiva. Así, en octubre, tras los 6 meses de encaje, se conseguiría alrededor de 5,9%.
«La tenencia de pesos está expuesta a una singular licuación en esta primera parte de 2024, y a pesar de ser retribuido con intereses, el plazo fijo tradicional no es la excepción. Distinto es el caso del plazo fijo UVA expresado en UVA, que capta con 45 días de retraso la evolución de los precios internos. Es que su fortaleza es que al existir expectativas de inflación decrecientes mes a mes, y captar la inflación pasada, se torna redituable frente a la evolución de los precios internos», detalla a iProfesional Andrés Méndez, director de AMF Economía.
Este fenómeno comenzó a advertirse durante febrero pasado, y se observa en que al bajar la inflación de forma progresiva la renta que otorga el plazo fijo UVA es mayor al avance de los precios de la economía, debido a que ajusta con retraso.
«De esta forma, y trazando un pronóstico para mayo y los meses venideros, puede señalarse que, mientras los tenedores de plazo fijo UVA mejorarán su capacidad futura para adquirir una determinada canasta de bienes y servicios a través del ahorro, los inversores posicionados en plazo fijo tradicionales afrontarán un deterioro real de sus tenencias», subraya Méndez.
El punto positivo que tiene el plazo fijo tradicional es la liquidez, debido a que el encaje es de solo 30 días.
«En cambio, para obtener los beneficios del UVA hay que mantener el certificado por 6 meses, alternativa que admite la precancelación transcurridos los primeros 30 días, aunque en ese caso se penaliza significativamente la cancelación anticipada, para pasar a cobrar una tasa muy inferior a la que se recibe por la opción tradicional», advierte Méndez.
En definitiva, el plazo fijo UVA brinda una ganancia mucho mayor a la versión tradicional y le gana, incluso, a la inflación. El gran inconveniente que tiene es que se debe esperar 180 días para eso, un tiempo eterno en una Argentina tan cambiante. Por esta extensión y riesgo implícito, es una inversión que apenas elige menos del 5% de los titulares de depósitos a plazo.-
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